ALMAS A FLOR DE PIEL

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Cuando tengo sus manos pequeñas y suaves entre las mías me siento un poco extraño. Quisiera ser un trozo de su piel para ser acariciado a cada día por ellas.



Cuando mis dedos se detienen sobre las durezas de los callos en los suyos, descubro maravillado lo difícil que fue la vida con él.

Cuando mis uñas sucias arañan con suavidad sus uñas pintadas destrozándolas, una electricidad me recorre. Me excita saberla tan imperfecta a pesar de las apariencias.







Ahora, en mi mesa de trabajo, siento la piel flácida y arrugada del dorso de unas nuevas manos. Las lágrimas afloran a mis ojos mientras siento la plenitud del Tiempo reflejada en cada pliegue que las recorre. Me deleito acariciando cada articulación retorcida de sus dedos. La edad no perdona cuando los años pasan...  El resto del cuerpo sólo son desperdicios. Las manos son las que recogen el tacto y la sensación de cada vivencia de nuestra vida. 
Éstas todavía sangran al ser separadas del cuerpo, pero los colgajos son limpios; con sutura quedarán perfectas para la exposición del lunes que titularé: Almas a flor de piel. 

Me apasionan las manos. Siempre he creído que son un fiel reflejo del interior de cada uno. Un trocito de alma. ¡Me encanta mi colección de almas! Seguro que os hipnotiza como a mí.



Tania A. Alcusón


Segundo premio en el I Certamen de Microrrelatos del blog de Autopsias literarias del Dr. Motosierra cuya temática eran "psycokillers".


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